Uno solo de los innumerables rubros comerciales es insuficiente para modificar un hábito muy arraigado y extendido, que conspira contra nuestra calidad de vida, afectando no solo el aspecto estético sino la infraestructura de drenajes cuando se tapan canales e imbornales.
La norma que regula este aspecto de nuestra vida cotidiana es del año 2009, prohíbe la entrega de bolsas confeccionadas con materiales que no reúnan las características biodegradables, oxobiodegradables, hidrodegradables, o cualquier otro tipo similar para el transporte de la mercadería adquirida supermercados, hipermercados, shoppings, y comercios mayoristas o minoristas en general.
Muchas ciudades del sur del país, donde la característica es la limpieza y la pulcritud comenzaron con esta tarea hace muchos años y el cambio abarca en algunos casos el uso de contenedores o sistemas que eviten las bolsas de para residuos.
Las bolsas de plástico desaparecen definitivamente del ambiente en un lapso no inferior a los 100 años y como ya se dijo provocan un enorme daño, pero el cambio de hábitos para dejar de usarlas requiere de más apoyo y de medidas complementarias.